Vegas

Las vegas son un tipo especial de humedal y su existencia está determinada por un subsuelo compacto, formado por materiales finos depositados por acción glaciar y lacustre, el cual restringe marcadamente el drenaje por infiltración. Al presentarse en depresiones del relieve o en valles surcados por cursos de agua, determinan condiciones de pantano o semi pantanosas, con un nivel freático subsuperficial, frecuentemente anegables en períodos de altas precipitaciones y al comienzo de la estación de deshielo primaveral (Figura 4).
Pueden presentar un suelo profundo, con mucha materia orgánica que permite el desarrollo de una cubierta vegetal densamente cespitosa. La importancia de esta formación vegetal para la ganadería es su alta producción de forraje nativo, pudiendo llegar a los 3.500 KgMS/ha. La composición botánica de una vega está integrada principalmente por hierbas perennes conocidas como pastos blandos, con altos valores nutritivos y de palatabilidad. Existen tres familias importantes de estas plantas, ellas son: las poáceas, con los géneros Deyeuxia, Agrostis, Alopecurus y Phleum; las ciperáceas, con los géneros Carex y Eleocharis, y las juncáceas con el género Juncus. También es posible encontrar plantas de hoja ancha como la Acaena magellanica, nativa, perenne y muy palatable.