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INIA La Platina comunica avances de su proyecto territorial de producción limpia de hortalizas

El proyecto que comenzó en 2014 y culmina en 2017, busca adaptar, validar e implementar un sistema de gestión de transferencia tecnológica e innovación en torno de la producción limpia de hortalizas en la zona central.

Más de cien personas asistieron al seminario de avances del proyecto territorial del Centro Regional de Investigación INIA La Platina, denominado “Sistemas de Gestión en Producción Limpia en Cultivos Hortícolas de la Región Metropolitana”. La actividad, que se efectuó en el auditorio de la entidad, contó con la presencia de autoridades regionales, representantes del sector público y privado, prodesales, y agricultores.

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Desde 2014 y hasta 2017 se desarrollará dicho proyecto cuya finalidad es adaptar, validar e implementar un sistema de gestión de transferencia tecnológica e innovación en torno de la producción limpia de hortalizas en la zona y para ello, se cuenta con financiamiento de la Subsecretaría de Agricultura.

Sus objetivos son validar y adaptar con los agricultores, tecnologías de Producción Limpia; generar el empaquetamiento de las tecnologías alternativas; capacitar y acompañar a los extensionistas en la implementación de las tecnologías alternativas entre su público objetivo; implementar un plan de difusión, y evaluar los impactos de las tecnologías alternativas.

El director regional de INIA La Platina, Manuel Pinto, expresó que “el consumidor nos pide el buen uso de plaguicidas. Y es nuestra responsabilidad bajar dichos índices a través de las Buenas Prácticas Agrícolas, en especial de las hortalizas que se comen en forma casi directa, que son tan saludables y que podemos fácilmente echarlas a perder si no usamos bien los pesticidas. Por ello, INIA tiene particular interés en seguir desarrollando iniciativas sobre esta materia, partiendo con la transferencia tecnológica y también en los laboratorios con modernos sistemas de detección de plaguicidas y materiales pesados que puedan tener”.

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En tanto, el director regional del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), Christian Suárez, -que es parte del Comité Consultivo del Proyecto territorial- destacó que “el 30% de los agricultores que tiene INDAP están siendo beneficiados por este proyecto, o sea, más de 1500”. Asimismo, dijo que se realizan esfuerzos permanentes para lograr una producción limpia entre ellos, “existe un proyecto con la Universidad de Wageningen (Wageningen University and Research Centre, Holanda), capacitando a algunos agricultores y hace una semana entregamos alrededor de 300 carnés de aplicadores de plaguicidas”.

Por su parte, el encargado de la Unidad de Vinculación y Transferencia Tecnológica del INIA La Platina, Marcelo Zolezzi, explicó los alcances del proyecto, sus objetivos y fundamentación. También, enfatizó “la gran diferencia de los límites máximos de residuos de plaguicidas permitidos en Chile, que son de 0,46 ton/km2; mientras que en la OCDE son de 0,21 ton/km2”.

Asimismo, recalcó algunas cifras que demuestran el alto porcentaje de productores metropolitanos que no ejercen buenas prácticas agrícolas: el 91% de los productores hortícolas no cuentan con Certificación de Buenas Prácticas Agrícolas, sólo el 25% de los aplicadores de plaguicidas tienen certificación SAG; el 28% de los productores hortícolas utilizan siempre los Equipos de Protección Personal; el 65% de los productores hortícolas no realiza el procedimiento del triple lavado a sus envases vacíos de plaguicidas; un 45% de los productores hortícolas realiza monitoreo de plagas y enfermedades; el 52% de los productores hortícolas realiza rara vez o nunca  la calibración de la máquina de aplicación de plaguicidas.

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Metodología del proyecto

La transferencista de INIA, Fabiola Sepúlveda, detalló la metodología de trabajo del proyecto, que comenzó con la constitución de un Comité Consultivo, integrado por autoridades y representantes del sector público y privado. La segunda etapa consistió en formar los talleres a los extensionistas para capturar la demanda de conocimiento, reconociendo las necesidades del sector y luego, respondiendo a tales requerimientos.

Así se identificaron cuatro problemas: la optimización en el uso y manejo de plaguicidas, el manejo integrado de plagas y enfermedades, la mantención y calibración de maquinaria agrícola, y las metodologías efectivas para la transferencia tecnológica. Temas que fueron abordados con talleres teórico-prácticos.

Fabiola Sepúlveda añadió que también se trabaja “con grupos de validación, conformados por agricultores, y que se hacen de forma sectorizada por producción, capacitando de manera teórica y práctica, además de giras tecnológicas. En estos grupos estamos haciendo unidades de validación de tecnologías para bajar la carga de plaguicidas. Una de esas tecnologías es la biofumigación, otra es la utilización de la malla antiáfidos, o utilizar los residuos de cosechas para hacer compostaje, o implementar abejorros para los cultivos de tomates”.

Almacenaje de plaguicidas y equipos de protección personal

Finalmente, el transferencista Paulo Godoy abordó las graves falencias de almacenaje de plaguicidas de los pequeños productores de la región Metropolitana respecto a los requisitos exigidos por la normativa, “tanto para la bodega, el área de dosificación, o la exigencia que exista una fuente de agua o ducha de emergencia, o que es imperativo un botiquín de primeros auxilios. Asimismo, deben existir procedimientos escritos en caso de emergencia (intoxicación, derrame, incendio, etc.); un listado de números de emergencia y la señalética de identificación y seguridad”. También, recalcó que los trabajadores expuestos a plaguicidas tienen que contar con los elementos de protección personal, que deben ser entregados por la empresa sin costo. Asimismo, fue enfático en que la etiqueta de los plaguicidas es un documento legal, por lo tanto, deben seguirse al pie de la letra.

Antes de concluir, Paulo Godoy mostró un video con testimonios sobre el mal uso de plaguicidas y sus consecuencias. Luego, expuso un prototipo de bodega con el equipamiento de protección personal mínimo requerido. Entonces, subrayó que “el costo de las bodegas antes implicaban mucho dinero, eran de tres por dos metros. No estaban de acuerdo a la realidad de los pequeños agricultores que no pueden invertir dos millones de pesos en hacer esa infraestructura. Por eso, se puede hacer estos estantes que cumplen la normativa a bajo costo. Lo fundamental es que ellos incorporen el conocimiento de la normativa y que la cumplan”.

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Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país. Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl.

Contacto de Prensa: Carolina Martínez, periodista INIA La Platina (carolina.martinez@inia.cl)