Destacan potencial de la bioenergía para contribuir a la mitigación del cambio climático y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En el marco de la COP25, la Subdirectora Nacional de I+D del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, Marta Alfaro, participó ayer jueves en un encuentro que incluyó paneles de conversación en los que se profundizó acerca de cuáles son las ventajas y desafíos que Latinoamérica enfrenta para poder emplear con éxito dicha forma de generación de energía.
Madrid, España. 6 de diciembre de 2019.- Valiosas experiencias internacionales relacionadas con el uso de la bioenergía y que han sido lideradas por organizaciones gubernamentales, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil fueron expuestas ayer en un encuentro realizado durante la COP25, cita en la que Marta Alfaro, Subdirectora Nacional de I+D del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), participó como panelista.
Durante la jornada se profundizó respecto de la capacidad que posee la bioenergía y su potencial para contribuir a la mitigación del cambio climático y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Sin embargo, debido a barreras relacionadas con la coherencia de políticas públicas, coordinación interinstitucional, modelos de negocios, financiamiento y conocimiento, entre otros factores, el desarrollo de la bioenergía no ha avanzado al mismo paso que otras fuentes renovables de energía en la región de América Latina y el Caribe (ALC).
Tras la actividad, Marta Alfaro detalló que “se trató de un encuentro muy fructífero, en el que surgieron muchos desafíos, pero lo que es más interesante es que la problemática es común, independiente de la forma de biomasa que se esté considerando y eso abre tremendas oportunidades en el marco de una colaboración sincera para salir adelante como continente y cumplir las metas que el planeta necesita”.
Es así como la necesidad de aumentar la ambición en las futuras NDC, en el marco del Acuerdo de París, crea una excelente oportunidad para explorar nuevas políticas, metas y estrategias de bioenergía como parte integral de las políticas de desarrollo sostenible y los compromisos de mitigación de los países de ALC. Varios países de ALC mencionan la bioenergía en sus NDC, como por ejemplo Brasil de incluir un 18% de biocombustibles en la combinación de energía primaria o el objetivo de Cuba de construir 755 MW de plantas eléctricas basadas en bioenergía.
De esta forma, y en el contexto de la COP25, CAF Banco de Desarrollo de América Latina, en colaboración con LEDS LAC, el Grupo de Trabajo sobre Energía de LEDS GP y otros socios, buscaron reunir expertos de organizaciones públicas, privadas y de la cooperación internacional de los sectores de energía, agricultura, silvicultura, desechos sólidos y otras áreas relevantes, para establecer un diálogo orientado a identificar líneas concretas de acción y promover nuevas alianzas para avanzar en la contribución de la bioenergía a la ambición climática y el desarrollo sostenible.
Día Silvoagropecuario
A su vez, el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, encabezó el Día Silvoagropecuario que se desarrolló ayer durante la COP25. El secretario de Estado encabezó su lanzamiento en el Pabellón de Chile, puntualizando que “fue un día histórico para la agricultura mundial, el ganarse un espacio el la COP da cuenta de que como sector queremos ser una solución para enfrentar el problema del cambio climático (…) la respuesta del sector agrícola y forestal a los nuevos desafíos generados por el cambio climático con acciones enfocadas a la mitigación y adaptación que incluyan los ámbitos ambiental, social y económico”.
Durante esta jornada, se constituyó una nueva Plataforma de Acción Climática en Agricultura de Latinoamérica y el Caribe (PLACA) y que contó con la firma de la carta de adhesión por parte de Argentina, Chile, Costa Rica, Guatemala, Perú y Uruguay. Esta nueva plataforma consiste en un mecanismo regional de colaboración voluntaria en agricultura y cambio climático. La idea, tal como explicó el ministro Walker, es generar un espacio regional de intercambio de prácticas y colaboración entre los países para adaptarse y mitigar juntos los efectos del cambio climático.