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INIA Analiza Nuevo Enfoque en Transferencia Tecnológica

Importante pilar del Ministerio de Agricultura

La misión del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario del país. En este sentido y en el ámbito de la transferencia tecnológica,  directivos y profesionales del instituto se reunieron en Temuco para analizar los nuevos focos y programas estratégicos que se llevarán a cabo desde Arica a Punta Arenas en el ámbito de la transferencia tecnológica, pilar de mucha relevancia para el Ministerio de Agricultura y la actual administración de INIA.

El evento de dos intensos días, que reunió en INIA Carillanca a los encargados regionales de la Unidad de Validación y Transferencia de Tecnologías (UVTT), además de los Subdirectores de Investigación & Desarrollo, permitió analizar el trabajo a ejecutar durante los próximos 4 años con la pequeña y mediana agricultura del país, sin despotenciar lo que se ha venido haciendo con los grandes productores.

Si bien  la innovación e investigación aplicada son requisitos que sirven para mejorar la productividad de los agricultores y focalizar la producción en bienes con mayor valor agregado, aumentando la rentabilidad y competitividad del agro, es relevante que las entidades científicas del país interactúen de manera más fluida con usuarios finales, con el fin de mejorar sus condiciones y calidad de vida. “El desafío de generar herramientas de medición del impacto de la Transferencia Tecnológica en el sector agroalimentario, es un apuesta de todos los países, y como INIA podemos generar puntos de vista más integrales  que permitan una mejor adaptación a los cambios de escenario, detectar tendencias de mercado y brechas en las cadenas productivas en las distintas regiones de Chile. Además, el contexto económico, social y medioambiental nos ha impulsado a abordar un proceso de mejoramiento estratégico que refuerce y modernice nuestras instituciones, para ser capaces de dar respuestas a la altura de las actuales necesidades del sector agroalimentario”, dijo Gabriela Chahín, encargada de la UVTT en INIA Carillanca y coordinadora del evento en La Araucanía.

Evaluar el impacto

Desde finales del año 2012, el INIA creó una unidad de evaluación de impacto, con el objetivo de transparentar y medir el efecto que tiene su aporte en los usuarios.  El Instituto tiene el deber y la necesidad de mostrarle al país y usuarios directos  que lo realizado en investigación y transferencia tecnológica implica un aporte real, que es redituable en términos económicos, ambientales y sociales. Más aún cuando la extensión y transferencia tienen una oportunidad extraordinaria para convertirse en agentes que promuevan la innovación, pero debe tener un cambio grande, de manera que los actores trabajen de manera más interconectada, siendo ese el rol del nuevo extensionista.

Para Iván Matus, Subdirector Nacional de Investigación Desarrollo de INIA,  la reunión fue muy relevante, ya que la transferencia es uno de los pilares que fortalecerá el Ministerio de Agricultura. En tal sentido se ha pedido al INIA refocalizar su trabajo, para que la información generada por el Instituto llegue a los productores, especialmente a la Agricultura Familiar Campesina (AFC). “Esto no significa dejar de lado lo que se ha hecho hasta hoy con otro tipo de productores. El esquema de trabajo  actual será territorial, estableciendo rubros y tiempos. Proponemos una línea base, luego de haber identificado los rubros donde se transferirá tecnología INIA, que también deberá ser evaluada con el fin de determinar el impacto y validar si genera un avance productivo en los agricultores”, dijo la autoridad.

Productores conociendo aspectos del rubro trigo durante el trabajo del CTE.

Productores conociendo aspectos del rubro trigo durante el trabajo del CTE.

Aclaró que parte del proceso es abordar los temas con los potenciales usuarios, más el apoyo de profesionales y técnicos de INDAP, quienes conocen de manera más directa las necesidades tecnológicas de sus agricultores. “Aquí el trabajo es conjunto. Es más, se está estableciendo una alianza entre INIA- INDAP y FIA para potenciarnos y hacer un uso más eficiente de los recursos, de tal manera de focalizar necesidades, dando respuesta más clara y precisa a los agricultores”, puntualizó Matus.

Estrategia de Transferencia Tecnológica

Francisco Tapia, Coordinador Nacional de TT y Extensión, dijo que un aspecto fundamental de la estrategia es el carácter territorial de la intervención de transferencia tecnológica y extensión, entendiendo como territorio, a una unidad de operación, con características fisiográficas, agroecológicas, económicas y culturales definidas, que condicionan la actividad agropecuaria y además la confrontan con oportunidades y amenazas, que moldean una forma determinada de hacer agricultura.

Para este programa, el enfoque territorial facilita y potencia el desarrollo sobre la base de acuerdos u objetivos comunes entre actores públicos y privados, en un marco de sostenibilidad, considerando a los agentes de extensión y los productores líderes que se desempeñan en el territorio identificado, como actores principales para abordar las brechas prioritarias de los sistemas de producción agropecuarios, con la finalidad de satisfacer la demanda del medio y retroalimentar la investigación-innovación, generando nuevos conocimientos.

Las actividades de transferencia y difusión tecnológica, comprendidas en el Proyecto Territorial respectivo, estarán dirigidas principalmente a establecer trabajos en unidades demostrativas con productores líderes de reconocido ascendiente sobre sus pares y extensionistas del sector público y privado. Estas unidades demostrativas serán el punto de convergencia de productores y extensionistas y donde el equipo de INIA desarrollará su trabajo bajo el concepto de “capacitación a capacitadores”. Esto permitirá transferir la información tecnológica a los agentes de extensión para que ellos a su vez fomenten la innovación productiva entre los agricultores. De esta forma INIA genera un efecto amplificador de las tecnologías transferidas y optimiza el uso de sus recursos humanos, físicos y financieros.