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Tecnología de uso de portainjertos en vides será clave para aumentar productividad en las próximas dos décadas

Éxito total: 250 asistentes ligados a la uva de mesa quedaron más que contentos con seminario internacional sobre uso de portainjertos en uva de mesa.

La industria de la uva de mesa quedó muy conforme con la realización del Primer Seminario Internacional sobre el Uso de Portainjertos en Uva de Mesa realizado en la mayor zona productora de este frutal, de nuestro país: Valle de Aconcagua.

Los más de 250 asistentes, en su mayoría productores del Valle del Aconcagua, asesores, y exportadoras se dieron cita en el Hotel Termas El Corazón, ubicado en San Esteban, provincia de Los Andes, el cual fue organizado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias – INIA.

Durante el evento se plantearon los desafíos que enfrenta el sector, entre ellos el estancamiento en los precios, el aumento de los costos de producción y la búsqueda de soluciones tecnológicas para lograr una mayor rentabilidad de la industria. Hubo reflexiones acerca del momento que vive no solo la industria de la uva de mesa sino la fruticultura nacional en cuanto a un mercado que está cambiando y la presencia de un consumidor distinto.

A través de los expositores internacionales que presentaron la experiencia de California, Sudáfrica y Australia, sumado a los trabajos realizados por  investigadores del INIA, los asistentes pudieron conocer la experiencia y resultados que han dado los portainjertos probados en los campos de productores del valle y en los países invitados.

Los asistentes recibieron tres boletines técnicos que contienen resultados de los estudios realizados en el Valle durante los últimos años. Estos fueron “Portainjertos en uva de mesa: experiencias en el Valle del Aconcagua” (Boletín INIA Nº 251), “Compactación de suelos y su control: estudio de casos en el valle de Aconcagua” (Boletín INIA Nº 234), “Requerimientos de riego en uva de mesa: experiencias en el Valle de Aconcagua” (Boletín INIA Nº 242 ).

Martín Silva, asesor privado, felicitó al INIA y comentó acerca de este evento. “La entrega de estos tres boletines, la información que se ha generado, el trabajo conjunto con el sector privado, la participación de la industria ha demostrado que Chile puede investigar levantando información valiosa. Me llena de orgullo contar con este grupo humano técnico del INIA. Para nosotros los asesores, trabajar con una base científica es mucho más fácil. Nos da la oportunidad de poder hablar de riego con números en la mano y ver como se levantaron esos números hace más potente la industria. Yo encuentro que esto es muy bueno”.

Gabriel Marfán, gerente técnico de la Exportadora Subsole fue quien abrió este seminario entregando una visión integral de la industria, sus desafíos y hacia dónde apuntan las demandas y exigencias internacionales respecto a variedades y características del producto. “El requisito básico para una variedad es que sea multimercado. Como exportadora no podemos pensar en tener una  variedad determinada de nicho, que enviar siempre a un mismo lugar. Hoy lo principal es que sea sin semilla, que sea productiva (es la base del negocio), que no tenga altos costos de producción, que tenga buen sabor y que seamos socialmente responsables y sostenibles desde el punto de vista ambiental”.

“Hoy vimos que los portainjertos son capaces de subir productividad de forma importante por lo tanto es una tecnología disponible para el sector. También hay otras que hemos visto aquí como las preparaciones de suelo previo a las plantaciones que son básicas para tener productividades  altas, rápidas y sostenidas en el tiempo y no lo estamos haciendo porque las consideramos caras. También están las tecnologías de los cobertores, por ejemplo, las mallas son capaces de aumentar la productividad en zonas de alto viento y mucha radiación. Los plásticos son capaces de mover fechas de cosecha y eso impacta directo en la rentabilidad, son capaces de proteger fruta frente a la lluvia y/o de atrasar una fruta manteniéndola en la parra buscando las ventanas comerciales de los extremos que son las mejores”.

El gerente técnico de Subsole recalcó que el ahorro de costos hay que hacerlo, pero hay que saber dónde hacerlo. “La verdad es que existen una serie de tecnologías que se pueden aplicar, pero  se requiere desarrollo de más investigación y nuevos proyectos de portainjertos, un aspecto que para la industria es difícil desarrollar”.

En resumen, sostuvo Marfán, el desafío del productor es buscar tecnologías tales como el uso de portainjertos, la eficiencia energética, el manejo del agua, que les permitan aumentar la productividad por hectárea y eso se va a reflejar en una reducción de costos por hectárea. En otras palabras, la productividad es clave para la producción pero a costos razonables. “La uva de mesa tiene un costo base que no se puede eludir y cuando se baja ese nivel empieza a poner en riesgo la calidad de la fruta y la productividad”.

Hoy, destacó, “existen variedades para plantar de lo que uno quiera, el tema es que la decisión requiere de una evaluación paso a paso porque es fácil equivocarse. Hoy, estamos mirando con una lupa grande todo lo que hay y con una lupa más chica hacemos las selecciones que deben ser  10 o 12 variedades. De estas hay 7 variedades que se están plantando en nuestro país. Recordemos que debe existir unas 200 variedades de uva de mesa y unos 10 ó 15 programas”.

Gabriel Sellés, coordinador del seminario y director del proyecto  “Aumento de la productividad y competitividad de la uva de mesa de la V Región de Chile a través del uso de portainjertos tolerantes a suelos con limitaciones físicas y de técnicas de manejo agronómico que mejore las condiciones de aireación en la zona de raíces”, financiado por Innova Corfo, dijo que si bien los portainjertos son una buena técnica para aumentar la productividad, estos pueden hacer que la fruta se demore más tiempo en madurar. “Hay que tener en cuenta las condiciones del suelo, ya que no en todas las situaciones se darán los resultados del experimento que se hizo en este estudio”.

Los expositores recomiendan el uso de portainjertos ya que ayudará a mejorar la rentabilidad de los predios y por ende, aumentar la productividad de la industria. La pregunta es si se está dispuesto a correr el riesgo o no.

Recordemos que INIA realizó un estudio por más de tres temporadas en el Valle del Aconcagua probando portainjertos en la variedad Thompson Seedless. Uno de los principales y más influyentes factores que detectaron fue la capacidad de aire del suelo, ya que según los expertos, si la capacidad de aire estaba sobre un 15%, la productividad de las plantas aumentaba considerablemente, obteniendo más fruta y, según el comportamiento del portainjerto, mayor vigorosidad y calidad en la fruta.

Según Raúl Ferreyra, investigador del INIA La Cruz, cuando los suelos están por sobre el 15% en su capacidad de aire, se han obtenido cajas de fruta más completas. Este, dijo, “es un gran desafío para el Valle de Aconcagua, quienes aportan más de un 20% en las exportaciones totales de uva de mesa, ya que el 80% de los suelos se encuentran bajo ese rango”.

A través de un estudio anterior ya se había concluido que el Valle presentaba dos problemas en los suelos: alta compactación y baja capacidad del aire. Una de las razones de por qué se produce esta situación es el exceso de agua. Por lo tanto, manejar estas variables es imprescindible al momento de pretender aumentar  la productividad del rubro uva de mesa.

Los portainjertos que mejor se comportaron en el experimento fueron Richter y Freedom, que cuando estaban en condiciones por sobre el 15% en la capacidad de aire mostraban un aumento sustancial en su productividad. Un ejemplo es que, en un predio con plantas sin injertar, el promedio de producción es de 1.770 cajas por hectárea, mientras que en uno con portainjerto el promedio aumenta a 2.271.  Richter es el que tuvo mayor productividad con un promedio de 2.900 cajas por hectárea. “Una situación particular que se dio en la tercera temporada es que  Richter disminuyó su rendimiento y franco lo aumentó”.

Gabriel Sellés concluyó en la mesa redonda que hoy ya no se pueden soslayar exigencias  concretas sobre la calidad y condición de la fruta, además de exigencias  ambientales y sociales. Una forma de poder aportar soluciones a estas exigencias es con tecnologías propias y eso se genera con trabajo mancomunado entre productores y el INIA como el que hemos realizado por casi 17 años en el Valle de Aconcagua. Hemos encontrado aquí una apertura enorme de parte de los productores y exportadoras, nos han dejado hacer los experimentos en sus campos, provocándoles a ratos inconvenientes en sus períodos de cosecha. Creo que la sinergia que logramos es una lección para continuar sobre todo si queremos mantener un nivel tecnológico y una actividad exportadora a futuro. El trabajo asociado de los organismos de investigación y los productores es vital y tiene que ser muy cercano.  A veces cuesta entender a los productores agrícolas, lo que sí reconocemos es que están en esto porque es un negocio pero esencialmente porque les gusta y es una actividad que los hace felices”.

Experiencias internacionales

Jennifer Hashim, consultora e investigadora del programa de Andy Walker en California, expuso sobre la experiencia en las pruebas de portainjertos en EE.UU donde, si bien las condiciones de suelo y clima son parecidas a las de Chile, el desafío es encontrar la combinación perfecta de variedad y portainjertos que sea resistente a nemátodos.

En su investigación el portainjerto Saltcreek, también llamado Ramsey, asomó como uno de los patrones que mejor se adecuaba a las condiciones de suelos (con alta salinidad) y resistencia a nemátodos. Además, comentó que hoy no sólo se busca contar con plantas resistentes, sino que también sean vigorosas, que generen fruta de  buen color y sabor.

Pieter Raath, investigador y académico de la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica dijo que Sudáfrica a través de muchos años ha elegido dos patrones para poder usar que se comportan de mejor manera en la mayoría de las condiciones. “Hoy el 80% de los predios con nuevas plantaciones están con portainjertos de Ramsey (Saltcreek) o Richter. Nosotros hemos simplificado las cosas atendiendo a dos portainjertos que nos han dado buenos resultados. Esto ha sido un trabajo largo y creo que Chile cuenta con la ventaja de conocer estas experiencias y tener la precaución de equivocarse menos. Eso sí, nuestros suelos son diferentes a los de Chile. El enfoque que se le ha dado a los patrones en Chile es que no fueran vigorosos, que exista una buena afinidad entre el patrón y la mayoría de las variedades. Probablemente Ramsey sea demasiado vigoroso para las condiciones que hay en Chile. “Cuando he hablado con amigos en Chile ellos me dicen que su mayor problema es que tienen mucha fruta que se cae y nosotros no tenemos esos problemas gracias a los portainjertos, que hacen mucho más vigorosas a las plantas. Es muy difícil seleccionar un determinado patrón porque hay muchos factores que hay que tener en cuenta. Por tanto, el mensaje es elegir de manera muy sabia y probar distintas muestras.

Su opinión respecto al estudio de Chile. “Estoy muy impresionado por el apoyo que recibió de la industria. Paulsen podría ser bueno para Chile, Richter 110 también. Estoy muy a favor respecto a lo que expuso el doctor Sellés sobre el manejo del riego. Es verdad que cuando se extrae mucha agua del suelo se disminuye el tamaño de la baya. Lo que no mencionó el doctor Sellés es que el crecimiento vegetativo se ve disminuido por efecto de disminuir el contenido de agua del suelo. Le consultamos si creía que eso era importante para el caso de portainjertos vigorosos que pueden ser un problema para nosotros, que al reducir el contenido de agua podríamos disminuir ese vigor. Dijo que no era importante.

Le consultamos acerca de la existencia en su país de programas de mejoramiento. Dijo, “Hace 30 ó 40 años sí hubo programas. Ahora no hay porque la industria piensa que no es importante invertir en mejoramiento genético”. Sabe del trabajo que realiza Andy Walker en California. En Sudáfrica están pensando probar dichas variedades aunque creen que las condiciones en Sudáfrica podrían no ser las mismas de EE.UU.

También sabe de la existencia de trabajos que viene desarrollando hace  4 años una investigadora húngara quien trabaja en un programa de mejoramiento genético de patrones en variedades de uva vinífera. Pero desonoce los detalles.

Opiniones

Hugo Pardo, Exportadora Río Blanco

“Me pareció un seminario con buen nivel técnico y agronómico. Los portainjertos y las nuevas variedades son temas relevantes para una industria en Chile que requiere prepararse para los próximos 10 ó 20 años.  Vimos como Sudáfrica lleva 100 años trabajando con portainjertos, ellos tienen  Ramsey y el Richter 110. Pieter Raath mencionó más de 43 especies que han probado. Sin embargo, en nuestro país, los portainjertos se han probado en los últimos años, pero con más interés y datos en la última década. Por lo tanto, esto es un tremendo puntapié para lo que nos espera porque la industria requiere adaptarse a las nuevas variedades y a los nuevos portainjertos que tienen que soportar a estas variedades. Más aún considerando que los requerimientos de mercado de estas nuevas variedades vienen de la mano de quienes la producen. Recordemos que están hechas por compañías de EE.UU, que son los que producen variedades para consumirlas. Nosotros como proveedores tenemos que probar esas variedades para nuestra condición. La información entregada en este seminario le da un tremendo puntapié a la investigación y es de esperar que se replique para otras zonas del país porque es vital para la industria”.

Horacio Parra, gerente de producción Agrícola Brown.

“La calidad de las ponencias y los resultados que se han mostrado han sido muy interesantes. Por primera vez se han mostrado herramientas para poder utilizar en nuestros campos en la producción para mejorar la rentabilidad y sustentabilidad de la uva de mesa en el valle. Los invitados que han expuesto han sido un aporte muy importante. He tenido la oportunidad de compartir con los expositores extranjeros que tienen un gran conocimiento en la producción de uva sobre portainjertos. Felicito al INIA por este seminario de cierre del proyecto”.

Mayor información Eliana San Martín C., Periodista, M.Sc. Encargada de Comunicaciones INIA La Cruz, e-mail: 321780 anexo: 2243.