Presidente Consorcio Papa Chile: “Nuestro principal socio es el INIA”
Julio Fernández ha estado ligado por más de 35 años a la producción de semilla y papa para consumo a escala comercial. Hoy, como titular de una organización que cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y aglutina a 17 empresas productoras de papa, que van desde la Región Metropolitana a la Región de Los Lagos, considera que para los agricultores el principal socio estratégico debe ser el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).
REVISTA AGROCONTACTO (Septiembre-Octubre de 2013). En un año marcado por una baja en los rendimientos y buenos precios de la papa, Julio Fernández, presidente del Consorcio Papa Chile, habló de su experiencia de más de 35 años ligado a la producción de uno de los alimentos más nobles como es la papa y del futuro que espera para este milenario cultivo.
Como presidente del directorio del Consorcio Papa Chile, organización que aglutina a 17 empresas productoras de papa que van desde la Región Metropolitana a la Región de Los Lagos, considera que “para proyectarnos a futuro debemos trabajar junto a los organismos del Estado como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), que nos está aportando gran parte de nuestro presupuesto; con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y con el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) que en este rubro es nuestro principal socio”.
Al rememorar su historia de vida, este empresario papero avecindado en Purranque, en el sur de Chile, recuerda sus inicios en el mundo laboral. “Yo egresé como Ingeniero Agrónomo en el año 1977 de la Universidad Católica de Chile. Ese mismo año entré al Programa de Investigación en Papa del INIA Remehue. Posteriormente, el año 1979 me hice cargo de la administración y producción de semillas, en el Centro Experimental INIA La Pampa, hasta el año 93”, relata.
“Durante los 15 años que estuve en INIA La Pampa, me dediqué completamente al trabajo que me encomendaron. Me decían que yo me creía dueño del campo, porque lo cuidaba igual o más que si fuera mío. Mantenía el predio ordenado y limpio . En ese entonces se sembraban 50 hectáreas de semilleros de papas, más que las que se siembran actualmente”.
De esos años Fernández recuerda todo el conocimiento adquirido y los desafíos que implicaba estar a cargo del principal centro multiplicador de semilla certificada de papa de Chile. “No es fácil ser eficiente en producción en un instituto de investigaciones, pero hacíamos todo lo posible por lograr los mejores resultados, que siempre debían ser números azules”, cuenta.
Señala que “al salir del INIA, inicié un negocio vinculado a la papa. No me imaginaba haciendo otra cosa y por eso empecé sembrando entre 8 y 10 hectáreas de papa. Ahora, con el paso de los años, siembro cerca de 50 y tenemos toda la maquinaria necesaria para el manejo del cultivo, que hemos ido comprando en la medida que contamos con los recursos. La última inversión fue la tercera etapa de ampliación de la bodega, que actualmente tiene capacidad para almacenar 2 mil toneladas de papa”.
En cuanto a la mano de obra, otro factor de gran incidencia en los costos de producción de la papa, expone que “aquí trabajan 12 personas de planta y contratamos entre 5 a 8 personas más de temporada para cosecha y selección. Eso es algo que me da orgullo, ya que damos trabajo a gente de la zona”.
Vinculado desde siempre a las actividades del campo, Julio Fernández también ha formado parte de organizaciones de productores y gremiales.
Ha sido director de la Asociación Chilena de la Papa (Achipa), presidente del grupo GTT de Papa Empresarial que coordina el INIA y es el actual timonel del Consorcio Papa Chile.
“En los años que llevo en las papas he ocupado varios cargos en distintas instituciones y siempre he seguido ligado al INIA, a través del GTT y el Consorcio. De hecho, cuando se creó el Consorcio Papa Chile, yo era presidente del GTT y fuimos los primeros en unirnos a esta iniciativa, que no sabíamos muy bien el futuro que iba a tener, pero veíamos con buenos ojos porque estaba el INIA involucrado y eso era un respaldo muy importante para nosotros”.
“Yo siempre lo he dicho que el INIA es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile y que tiene un rol muy importante. Hoy, los proyectos de investigación y transferencia tecnológica más importantes del Consorcio los realiza el INIA. Gracias a su trabajo los productores y empresarios del rubro podemos acceder a semillas de buena calidad, que son chilenas, y a tecnologías en control de enfermedades como el tizón y a los últimos manejos agronómicos”.
“Muchos agricultores me preguntan ¿qué gano yo con incorporarme el Consorcio?. A ellos, yo les respondo que en primer lugar, pueden decidir lo que se va a hacer en el rubro. En segundo lugar, al estar en el Consorcio pueden influir sobre lo que se va a investigar y además los socios somos los primeros en recibir los resultados de la investigación en lo que se refiere al manejo del cultivo, el control integrado de las enfermedades y plagas y accedemos en forma prioritaria a las nuevas variedades que el INIA está creando”.
Para Julio Fernández la investigación es clave para este rubro, por eso en sus predios se han hecho ensayos y siempre ha apoyado el trabajo de investigación y se ha abastecido de variedades de papa del INIA.
“Yo siembro una buena superficie con la variedad Yagana-INIA, porque es con la que más rendimiento obtengo, sobre 55 toneladas por hectárea y de las variedades rojas: Desirée, Karu-INIA, Pukará-INIA, Patagonia-INIA y próximamente esperamos tener también la nueva variedad Puyehue-INIA”.
En su opinión “el INIA debería tener recursos asegurados para mantener proyectos claves como el mejoramiento genético. Este programa hay que reforzarlo y no perderlo nunca, porque nos ha aportado muy buenas variedades y nos da independencia de variedades extranjeras. Los concursos son buenos, porque permiten la competencia y seguramente generan eficiencia, pero los recursos de base que recibe el instituto actualmente son muy pocos y deberían incrementarse, porque es una institución que conoce lo que los agricultores requieren y nos apoya”.
Sobre los desafíos del sector, indica que “estamos trabajando para manejar las enfermedades, tener variedades más resistentes o tolerantes a enfermedades, que requieran menos agroquímicos, menos fertilizantes, que toleren mejor las sequías y también esperamos lograr los volúmenes de semilla que se requieren para producir papa de calidad y para el crecimiento sostenido de este rubro”.
Agrega que “en mi caso, las papas son el principal rubro, al que me he dedicado más de 35 años como ingeniero agrónomo y agricultor. También produzco trigo, avena y raps. Esta temporada sembré cerca de 100 hectáreas de cereales, pero estos son un complemento a las papas, que siempre serán lo principal en nuestra actividad”.
Sobre el futuro manifiesta que “en la actualidad nos preocupa mucho la parte sanitaria. Es un tema de tremenda relevancia y gravedad, que se debe tomar muy en serio, destinar los recursos necesarios y en el que tenemos que apoyarnos y trabajar unidos con los organismos competentes como el SAG. No sacamos nada de criticar, sólo por criticar, sin buscar soluciones reales, sino que debemos colaborar, ponernos a disposición de las autoridades y ser todos responsables de resguardar nuestro patrimonio fitosanitario”.
Enfatiza que “como Consorcio estamos luchando por tener un rubro cada vez más rentable. No queremos que la gente nos diga que este negocio es como el de las papas: 2 años buenos y uno malo. Por eso debemos trabajar fuerte, profesionalizar el cultivo y tecnificar la producción, buscar nuevos nichos de mercado, seguir mejorando nuestra eficiencia de producción, de acuerdo a las tendencias mundiales y los resultados de la investigación a nivel local, pero también nos gustaría que se volviera a instalar una industria regional, porque eso da estabilidad al negocio. Es lamentable que Unisur haya desaparecido, porque no es bueno que todos los productos derivados de la papa como las papas prefritas, puré y productos de cóctel sean importados, siendo ésta una gran zona papera, con enormes ventajas de suelo y clima, principalmente”.