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En INIA Carillanca criadores participan en exitoso programa de mejoramiento genético

INIA Carillanca junto a Bureau Agroconcept aplican un modelo francés exitoso, el que permite mejorar la genética bovina. Incorpora registros genealógicos, que productores de La Araucanía incluyen desde sus predios. En una estación de prueba se evalúan fenotípicamente los mejores animales, y adicionalmente INIA Carillanca, a través de marcadores moleculares y biotecnología, analiza los toros seleccionados y corrobora esta información. 

Con un seminario internacional y un remate de toros realizado en INIA Carillanca, el proyecto “Selección y evaluación de razas bovinas en La Araucanía” compartió con ganaderos y autoridades sus logros y proyecciones. La iniciativa, está impulsando el desarrollo genético en razas de carne junto a un grupo de productores, principalmente de la agricultura familiar campesina, a través de un proyecto Corfo, ejecutado por INIA Carillanca y Bureau Agro Concept.

El mejoramiento genético en los planteles de estos ganaderos de La Araucanía se ha notado en los avances en sus planteles Clavel Chileno de Carne, Normando, Angus negro y rojo, como también Hereford y Limousin.

Estos toritos, fruto de este programa, permanecieron en una estación de prueba en INIA Carillanca, donde fueron seleccionados y manejados en una condición similar para todos ellos, generando ejemplares que fueron rematados en una actividad llamada “Salida de toros”.

Ivette Seguel B.

Ivette Seguel B.

La directora de INIA Carillanca, Ivette Seguel, explica que en este proyecto PDT de Corfo participan instituciones de investigación y el Estado, buscando solucionar un problema real de los productores, que se relaciona con su calidad del ganado de carne.

“INIA Carillanca junto a Bureau Agroconcept trataron de aplicar un modelo francés exitoso, el que permite mejorar la genética bovina. Incorpora los registros genealógicos, que los productores lo incluyen desde sus predios; las estaciones de prueba, donde traen sus mejores animales, se evalúan fenotípicamente y, adicionalmente, INIA Carillanca, a través de marcadores moleculares y biotecnología, analiza estos toros ya seleccionados y corrobora esta información fenotípica, asegurando que lo que estamos viendo es genético y, en la medida que los productores recuperan estos animales en sus predios, incorporan esa genética de alto nivel”.

Estos procesos generan un proceso de mejoramiento importante. Un tema planteado por productores e investigadores es que este programa debiera tener una continuidad en el tiempo, ya que el mejoramiento genético es un proceso de largo plazo.

“El impacto esperado es subir un peldaño en calidad. ¿Qué quisiéramos para nuestros pequeños agricultores?, que esta mejora en calidad genética les permita aumentar sus ingresos”, resume Ivette Seguel. Y eso se vio en el remate de toros realizado en Carillanca, en el cual alcanzaron excelentes precios, basados en la información sobre las características de estos ejemplares.

Los indicadores del catálogo le dan un plus al ganado de estos productores. Entregan una información valiosa sobre lo que están seleccionando y, además, profesionaliza su trabajo como criadores bovinos.

“El mensaje a las autoridades es que este módulo considerado piloto no sea aplicable sólo a estos 28 productores, en su mayoría beneficiarios de INDAP, si no que aumente en la región y que sean muchos quienes puedan optar a esta tecnología”.

El director regional de INDAP en La Araucanía, Alex Moenne Loccoz, dijo que este tipo de acciones en el rubro de la carne forman parte del camino correcto, sumados al mejoramiento en la alimentación y praderas del ganado.

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“Es el único camino que puede hacer más eficiente y rentable el negocio bovino. Si hay un producto genético de mejor calidad, un ternero de mejor pierna, conformación y peso al destete, es posible tener mejores precios a la hora que se quiere vender”, resumió. Recientemente impulsaron una iniciativa similar con la UACh, por lo que continuará impulsando acciones de este tipo, las que integren a más instituciones.

Como lo comenta el director del proyecto, el investigador de INIA Carillanca, Dr. Adrián Catrileo, hay productores que llevan 4 años ligados a estos proyectos, quienes llevan registros y un programa genético que se traduce en importantes mejoramientos en sus planteles.

“El avance genético, si bien es difícil medirlo en el corto plazo, lo que se ve es que los animales –sobre todo los que tienen más registros- ya tienen un mejoramiento en la presentación de los animales. Hay una mejor facilidad de parto en las vaquillas y vacas que han sido seleccionadas por esa condición. Son las características más evidentes en este proceso corto”, dice Catrileo. Para que sean efectivos, tal como ocurrió en Francia, tienen que obedecer a una mirada de largo plazo, donde se notó una gran participación y base genética.

Un proyecto como éste para La Araucanía, en un sector con muchos rubros que compiten con la ganadería y la van desplazando a áreas más marginales como la precordillera o secano interior, contribuyen a que los productores construyan una mejor base genética en su rebaño. Así, en el largo plazo, optan a mejores animales, precios y que, dentro del proceso, el consumidor pueda acceder a carne de alta calidad, beneficiando a la comunidad.

Visón de los productores

Dennis Lebret, Alex Moenem-Locoz, Ivette Seguel, Tomás De La Maza Y Adrián Catrileo.

Dennis Lebret, Alex Moenem-Locoz, Ivette Seguel, Tomás De La Maza Y Adrián Catrileo.

Una de las productoras, la agricultura Lorena Garrido, quien reside en Cunco, contó que ha trabajado en selección genética bovina desde hace 4 años. Los dos primeros, a través de un proyecto INDAP, mientras que los dos últimos años, a través de este proyecto Corfo, junto a la empresa Bureau Agroconcept.

“El impacto que se ha visto en el campo ha sido generoso. Hemos mejorado nuestros rebaños; se ha incluido un nuevo producto dentro de lo que hacemos. Siempre vendíamos terneros al destete y vacas de desecho. Ahora, podemos vender toritos, de los que sacamos uno o dos reproductores al año. Tiene que tener 14 aspectos raciales específicos como calidad de pierna, color, aplomos, entre otros, que es lo fenotípico o visual”.

Cuenta que hace 3 años adquirió un toro clavel (el segundo mejor evaluado en ese proyecto) el que cubrió a sus vacas. Este año tuvo las primeras crías del programa. “La diferencia que hay en mi rebaño es notable. Tengo una facilidad de parto, tengo terneros mejor desarrollados, como la calidad racial”.

Según Lorena, este tipo de iniciativas es muy bueno, sobre todo en lo que ha significado la organización e integración que han visto, tanto en Cunco como en Vilcún. Falta avanzar en asociatividad y confianzas, explica. Entre sus metas, dice, está crear la raza Clavel Chilena de Carne, que está inscrita. Otro desafío es generar mercados para vender terneros al destete como carne natural, que pesan entre 250 y 300 kilos con sobre 6 meses. Y, por qué no llegar con el sello Clavel al supermercado y crear un Fiesta del Clavel. Todo esto gracias al avance en genética y mejoramiento que han ido generando con este proyecto, el que tiene una mirada de largo plazo.

Los sellos

Denis Lebret

Denis Lebret

El sello y objetivo fijado por este proyecto ha sido impulsar el mejoramiento genético para los ganaderos, dice el director de Bureau Agroconcept, Denis Lebret. El secreto está en continuar con estas acciones y no quedarse sólo en el proyecto, sí dándole una mirada de largo plazo.

“Vemos que los ganaderos se motivaron e hicieron un esfuerzo por registrar, hacer la puntuación fenotípica, asesorados por nuestro técnico, Roberto Padget. Realmente se creó una dinámica, eso es muy importante. Ahora con datos saben lo que tienen, por qué lo hacen y qué tiene que mejorar en su campo. Y después, la dinámica colectiva, luego en sus zonas, hacer algo en conjunto; llevar sus toros a la estación de prueba, donde se sabe cuál es el mejor”, cuenta Lebret.

Hay productores que han participado 4 años en la iniciativa, quienes están muy entusiasmados. El programa piloto comenzó con ganaderos de Cunco, Vilcún y Curacautín, además citó a otro programa que desarrolla INDAP en Villarrica. “Mientras más iniciativas de este tipo existan, feliz, vamos a lograr poco a poco una masa ganadera de selección, además que la estación de prueba se constituya en un centro de desarrollo para los ganaderos, logrando mejorar poco a poco. Son los pilotos. Ahora la etapa es seguir con más ganaderos e instituciones involucradas, sobre todo mirando el largo plazo. Se necesita un financiamiento de largo plazo y una contraparte de los ganaderos que esté involucrada”, dice Lebret.

Los logros son contundentes. Sobre una base de selección de 3 mil vacas, se logró seleccionar toretes para la estación de prueba en INIA Carillanca, con una proyección de 65 toretes. Además, se compartió el criterio referido a que los índices de selección les permite buscar características maternales como leche, aplomos, a la vez de desarrollo genético y muscular.

“Hoy el ganadero sabe cuál es su mejor madre, los defectos a corregir y seleccionar su rebaño de reposición, qué vaquilla conserva. Son decisiones para el futuro, son ganaderos más profesionales, quienes están “aprendiendo-haciendo”. Están más capacitados, hoy nos preguntan temas que hace dos años no conocían, como los índices reproductivos. El desarrollo genético queda para siempre y la capacitación les da otra visión del rebaño, lo analizan en forma objetiva y no es sólo que la vaca tenga buena pinta”, concluye.

En esta actividad, el investigador de la Universidad de Concepción, Dr. Mario Briones, agregó que es importante que el productor ganadero se fije en la calidad materna de los animales, “ya que no puede existir una industria de carne fuerte si no tiene madres que produzcan terneros de buena calidad. Ahí está el punto fuerte, si las vacas tienen debilidades reproductivas, el ganadero perderá dinero porque no todas las vacas se van a preñar y parir un ternero; si tienen baja habilidad materna, se les van a morir terneros entre el nacimiento y destete; si la vaca no tiene buena capacidad lechera, los terneros va a tener bajo valor de peso en el destete. Hay un sinnúmero de características maternas que hay que preocuparse de seleccionar. Hay que tomar registros en el rebaño de crianza y discriminar cuáles son las vacas que producen los mejores terneros”.

Un proyecto como éste es tremendamente valioso, reflexiona Briones. Es una iniciativa pionera que logra reunir datos del comportamiento de los animales en el terreno, juntando productores comprometidos a registrar los pesos de sus terneros cuando nacen y cuando se destetan. Igualmente, una estación de prueba donde compiten los potenciales toritos para eliminar las influencias del predio y seleccionando reproductores que tienen un mayor valor.

Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país.

Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl

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