Días de campo mostraron ejemplos exitosos de manejo del agua con sensores de humedad
La Agrícola Pililén, en la Provincia de Petorca, es un ejemplo donde el uso de sensores ayudó a la optimización del recurso hídrico y a mejorar el monitoreo de huertos de palto.
Gran parte de la industria del palto en nuestro país se desarrolla en un área donde el agua es escasa. En este escenario, el INIA ha venido haciendo estudios de casos para cuidar los recursos hídricos optimizando el uso del agua, mejorando su eficiencia y siendo coherente con los recursos actualmente disponibles.
Los días de campo se llevaron a cabo en tres provincias de la Región de Valparaíso donde el INIA posee una parcela demostrativa: Provincia de Quillota en la Sociedad Agrícola Radic Limitada; Provincia San Felipe en la Agrícola Santa Margarita; y, provincia de Petorca, en el predio de Pedro Basualto,Parcela 57, Cabildo.
Estas actividades se realizaron en el marco de proyecto de transferencia tecnológica financiado por Corfo sobre uso de sensores para medir el contenido de agua en el suelo. El proyecto lleva por nombre “Incremento de la competitividad de los productores de palto Hass de la Región de Valparaíso mediante la transferencia y capacitación del uso de sensores de humedad de suelo”.
Los sensores son un instrumento que ayuda a gestionar la cantidad exacta de agua que necesita la planta y le permite al productor ser más eficiente en el uso de los recursos. Por ende, ayudan a tomar mejores decisiones de riego en parámetros tales como duración y oportunidad de riego.
Los sensores son instrumentos que determinan de manera eléctrica el contenido de agua del suelo y entregan la información a través del tiempo mediante gráficas.
El proyecto del INIA La Cruz instaló este instrumento en 25 predios de las provincias de Quillota, Petorca y San Felipe, siendo 25 los productores que utilizan esta tecnología con mucho éxito. “La mayoría utiliza la misma cantidad de agua. Pero, gracias al uso de la tecnología de los sensores lo hace de una manera más eficiente, lo que ha significado importantes aumentos en los rendimientos del cultivo y calibre de la fruta”, asegura Raúl Ferreyra, experto en riego del INIA La Cruz.
Luego de la exposición técnica, el grupo de asistentes a este día de campo realizó una visita al predio para observar la actividad radicular del cultivo mediante una calicata. Aquí explica el investigador, Raúl Ferreyra; “que para tener un adecuado desarrollo de la parte aérea y radicular del palto es necesario evitar que las plantas estén sometidas a falta de agua o de oxígeno en el suelo, lo que obliga a ser muy precisos en el riego para evitar déficit o exceso de humedad”.
En terreno los asistentes pudieron observar la textura, estructura y profundidad del perfil del suelo ya que son aspectos que hay que conocer para realizar un correcto programa de riego. “Es necesario analizar el sistema de suelo en forma integral, viendo la posible interacción entre la aireación, la retención de humedad y la resistencia mecánica de éste”, afirma Ferreyra.
El especialista explicó el caso de un huerto ubicado en Cabildo correspondiente a la Agrícola Pililén. Este campo contaba con agua insuficiente para cubrir los requerimientos hídricos de todos los árboles de la superficie de plantación y se empleó una estrategia para optimizar el uso del agua en el huerto, el cual logró aumentar producción de calibre de fruta y rentabilidad de huerto.
Este caso corresponde a un huerto de palto de 245 hectáreas donde se eliminaron 95 hectáreas de palto. Lo fundamental, asegura Raúl Ferreyra, “es que el agricultor al hacer una disminución de la superficie cultivada en un 38%, junto a otras prácticas como la instalación de sensores, logró aumentar la producción total del campo y la calidad de la fruta cosechada”.
Allent Vega, Administrador de la Agrícola Pililén, en el valle del río La Ligua, sector Alicahue, dice: “En este campo veníamos desde el 2010 con producciones muy bajas. Intentábamos regar todas las hectáreas y nos iba mal porque teníamos agua para 150 has y regábamos 250. Al reducir la superficie, eliminando 95 hás. esa misma cantidad de agua la distribuimos en menos hectáreas y fuimos subiendo los kilos totales del campo y los kilos por hectárea mejorando el calibre de la fruta. Fue una experiencia bastante positiva y una acción muy valiente”.
Para esta experiencia el uso los sensores de humedad fue una excelente. “Para el éxito de un cultivo, un porcentaje prioritario es el agua. Había que incorporar esta herramienta aconsejado por el INIA si queríamos ser más eficientes”, agrega, Allent Vega. Destaca que, “tan importante como el agua es como aplicas el agua porque puedes estar aplicando de una forma tal que no favorezca el desarrollo de raíces y, por lo tanto, puede no tomarla la planta. Las dos cosas tienen que ir de la mano. El palto es sensible a la falta de oxígeno por lo cual hemos manejado la frecuencia de tal manera que permita oxigenar el suelo para que se desarrolle las raíces. De esa forma podemos tener buenos sistemas radiculares para que la planta aproveche el agua que le estamos aportando, y a la vez, es más fácil la absorción de los nutrientes”.
El campo donde se hizo este día de campo posee una seguridad de riego cercana al 80% de probabilidad de ocurrencia.
Hablamos con su administrador y este fue su testimonio en el uso de sensores:
Pablo Basualto, Ing. Agr. Administrador Parcela 57, Cabildo, Provincia de Petorca
“Estos sensores han sido una herramienta importante para monitorear en cada momento y conocer la tendencia en el tiempo del estado hídrico del cultivo. El beneficio de los sensores de humedad es darnos cuenta de la oportunidad del riego. Antes, dábamos palos de ciego, hoy tenemos los ojos puestos en el suelo y tenemos una mayor conciencia respecto a las raíces en el suelo al constatar su desarrollo con calicata o barreno. Con los sensores se sincroniza muy bien el trabajo. Antes regábamos, pero no teníamos suficiente conciencia de cómo estábamos regando. Ahora sí sabemos cómo se gasta el agua diariamente, lo cual hace que rinda más el recurso hídrico”.
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