Cultivo forzado en la producción de frutillas: el desafío de ampliar la temporada
Proyecto que lleva a cabo INIA en conjunto con asociación de frutilleros de las comunas de Chanco y Pelluhue y con el apoyo del programa de mitigación de zonas de rezago, constituye una apuesta por mejorar las condiciones de producción y comercialización de pequeños productores.
Aunque el cultivo se realiza en Maule, el sistema es factible de ser replicado en otras zonas gracias a la movilidad de los macro túneles.
Una serie de problemas comunes se presentaban para los productores de frutillas del secano costero de la región de Maule: malezas, plagas y enfermedades, riego, fertilización y uso de pesticidas, lo que generaba caídas en la producción así como bajos precios. La creciente demanda de suelo para otros frutales, por ejemplo, hace que para los agricultores tradicionales de frutilla, sea difícil establecer buenas rotaciones, lo que incide en el desarrollo de plagas y enfermedades y una mayor demanda de agroquímicos, en desmedro de la comercialización.
Es en este escenario que los productores se plantearon la necesidad de abordar nuevas estrategias productivas que apuntaran a una mayor eficiencia con miras a lograr mayor productividad e inocuidad de la fruta. Con esta inquietud, se acercaron a INIA y con el apoyo del programa de zona de rezago y el financiamiento del Gobierno regional de Maule, se logró este proyecto que ya va en su segundo año de ejecución. La iniciativa, indicó el investigador en frutales menores de INIA Quilamapu y coordinador del proyecto, Cristian Balbontín, busca determinar cuáles son las bases técnicas y económicas de la implementación de cultivo forzado bajo uso de macro túnel para la producción fuera de temporada de frutilla sobre sustrato. “Este proyecto da respuesta a los problemas que se presentaban en la zona. Para dar una solución trabajamos directamente con el programa de mitigación de zona de rezago y la Asociación de Frutilleros Frutimar”.
El sistema de cultivo en macro túneles, se enmarca en el proyecto “Mejoramiento de la eficiencia productiva e inocuidad en el cultivo de frutilla en zonas rezagadas, determinación de los requerimientos técnicos y económicos de la implementación de unidades de cultivo forzado” que se ejecuta en las comunas de Cauquenes, Pelluhue, Chanco y Empedrado y busca determinar los estándares óptimos de manejo agronómico y de gestión para el cultivo de frutilla, con foco en el cultivo forzado sobre sustrato en macro túnel. La implementación de este sistema da respuesta a los requerimientos en torno a temas complejos e interrelacionados como escasez hídrica, falta de mano de obra, aplicación excesiva de plaguicidas y manejo nutricional, todos ellos planteados como limitantes de la producción en el estudio realizado por el Plan de Desarrollo Territorial para esta área. La implementación de este sistema, posibilita un cambio sustancial en los procesos productivos de la zona rezagada del borde costero de la región del Maule, otorgándole un sello diferenciador, al destacarse por la producción de frutillas de alta calidad, con alta eficiencia productiva, inocuidad alimentaria y cuidado del medio ambiente.
Dentro del proyecto se trabaja con una unidad experimental demostrativa en el Centro Experimental Cauquenes INIA donde se han realizado análisis de variables como densidad de plantas, variedades, uso de sustratos, dosis de fertilización, riego y otros, para ajustar el manejo agronómico a las condiciones de macro túnel. Además, cuenta con 8 unidades demostrativas-productivas en predios de diferentes productores pertenecientes a la asociación gremial Frutimar, en las comunas de Cauquenes, Chanco y Pelluhue. Tanto los agricultores beneficiarios como profesionales extensionistas y técnicos son capacitados el manejo agronómico que se debe hacer en el macro túnel, que es un invernadero en semi círculo de 30 metros de fondo por 9 de ancho y 4,5 metros de alto que permite la producción en mesas dispuestas en tres niveles, a una altura que oscila entre 1,20 metros y 1,5 metros de modo de facilitar las labores de cosecha para el productor.
“El proyecto sienta las bases técnicas para el cultivo y eso es muy importante, porque se necesita saber cómo manejar esta estructura. El costo de la infraestructura no es inmenso, pero se necesita conocimiento sobre cómo trabajar: cuándo fertilizar, con qué fertilizar, qué variedades poner, cuánto y con qué frecuencia regar, cuándo ventilar, cómo controlar plagas y enfermedades que se pueden producir dentro del macro túnel. Esa es la información más importante, porque en definitiva, se trata de varios elementos que requieren de una calibración fina para un buen manejo agronómico; este es un salto tecnológico completo, porque es muy diferente trabajar sobre camellón que trabajar sobre sustratos bajo el sistema de macro túnel. Por eso el mayor aporte del proyecto es capacitar a los agricultores a fin de que ellos sigan replicando estas unidades que son de tipo modular, por lo tanto se pueden ir anexando”.
El productor Humberto Moraga, de Pelluhue, es uno de los que se arriesgaron a montar un módulo demostrativo. Esta idea nace de la necesidad de adelantar este tipo de producción debido a los cambios que ha tenido la agricultura; el cambio climático y la contaminación de los suelos debido al monocultivo y eso genera mucho mayor gasto en insumos. Al analizar el cultivo en sustrato, nos dimos cuenta de que gastamos un 70% menos de agua, de mano de obra y de fertilizantes y además podemos producir fuera de temporada y de buena calidad”, lo que los llevó a buscar el apoyo de INIA para sacar adelante este proyecto. En una primera cosecha, indicó el productor, los resultados fueron auspiciosos, aunque no los que esperaban. “Sabíamos que no iban a ser buenos porque la plantación no fue en la fecha correcta, debido a que se están probando todas las variables, como la fecha de plantación. Por eso la primera flor se tuvo en invierno, pero la segunda ya en primavera cuando empieza a cosechar el resto. En su segunda temporada, indicó, los resultados han mejorado, con rindes promedio de 800 gramos por planta, que está superando el promedio en tierra que es de 500 gramos por planta, indicó.
Sobre los costos, indicó, son altos, ya que se trata de un proceso tecnificado, pero al tener una mayor producción, en poco tiempo se puede costear. “Como es un sistema nuevo nos ha costado un poco, pero yo creo que hacia allá va todo. Quizá más simple, pero para allá va el cultivo”, destacó, lo que además, involucra la necesidad de asociarse para producir mayor volumen con una calidad similar y condiciones de inocuidad que los hagan más apetecibles por los consumidores finales.
El uso de esta herramienta tecnológica tiene varias ventajas, indicó Cristian Balbontín: “la principal es escapar a los factores climáticos: cuando llueve, mucha fruta se pudre o se necesita aplicar fungicidas y pesticidas para salvar esa producción, la que llega al mercado con una alta carga de pesticidas; lo segundo, minimiza el consumo de agua y de fertilizantes, así como el uso de pesticidas con un menor costo total de insumos en tercer lugar, los macro túneles se orientan a la producción fuera de temporada, es decir en invierno cuando no hay oferta de frutillas y por lo tanto, el fruto adquiere un precio mayor”, explicó el investigador. “Si en verano la frutilla ronda un precio entre 800 y mil pesos el kilo, con el sistema de macro túnel, podemos tener un precio que va entre los 2500 a 3 mil pesos el kilo, en el invierno, con una frutilla de muy buena calidad, con baja carga de pesticidas y de una firmeza muy buena porque no está expuesta a enfermedades al no estar con contacto directo con el suelo”.
Las ventajas de este nuevo modelo han despertado el interés de otros agricultores por conocer este modelo productivo. Así, hasta el Centro Experimental de Cauquenes de INIA llegó la seremi de agricultura de Maule, Carolina Torres con un grupo de productores de Chanco, que visitaron la unidad demostrativa de este sistema, para conocer sus alcances, costos, forma de operar y resultados.
Para nosotros es importante que conozcan otras opciones de poder producir, que con el sistema de macro túneles pueden tener mejores rendimientos y mejor calidad de fruta, que conozcan otra realidad. “Es cierto que este sistema tiene un mayor costo, pero la idea es poder trabajarlo con Indap, FIA o el Gobierno Regional para que nuestros agricultores puedan acceder a esta tecnología, que además, les permitiría salir en otra estación y tener mejor precio, con una producción anticipada y la producción tradicional, en tierra”. Al respecto, la seremi destacó el interés de los productores que gestionaron el proyecto, quienes se reunieron con las autoridades del agro y se asociaron para lograr buenos resultados. “Porque creemos que asociativamente los pequeños productores pueden lograr mucho más, tanto en comercialización como en gestión y producción”.
“No es un sistema difícil de manejar, pero si necesita cuidados permanentes. No todo el día, pero todos los días, día a día. Hay que estar pendiente del estado de las plantas para controlar diversos factores”, destacó el ingeniero agrónomo, quien destacó el interés de los agricultores para conocer el sistema, ya que otra de sus ventajas es que por estar montados sobre sustrato y lejos de la tierra, pueden montarse en diversos sistemas productivos, no sólo en la costa, aunque esta región tiene condiciones que la hacen más propicia para el cultivo de la frutilla, gracias a la modulación térmica de la costa.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país.
Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl