Llaman a productores de cereza de Ñuble a prevenir enfermedades en huertos durante el otoño
A través de charla virtual, investigadores de INIA Quilamapu destacan que medidas apuntan a impedir infecciones de madera e incluso muerte de los cerezos.
La superficie de cerezos en la Región de Ñuble ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años, pasando de 264 hectáreas en el año 2000 a 1.682 en la temporada 2018 y con una marcada tendencia al alza hasta el presente.
La existencia de estos huertos requiere de una serie de cuidados a lo largo del año, uno de los cuales está referido a la presencia de enfermedades que pueden afectar severamente su productividad.
En este escenario, los investigadores en fitopatología de INIA Quilamapu, Daina Grinbergs y Andrés France, entregaron una serie de recomendaciones a productores de la región que necesariamente deben adoptar para no tener problemas de enfermedades que se inician en otoño.
Explicaron que en esta época del año, el metabolismo de los árboles entra en receso, por lo que sus mecanismos de defensa dejan de funcionar, abriéndose una oportunidad para los hongos patógenos de la madera. Sin embargo, France indicó que estos hongos no pueden entrar por sí solos, sino que requieren de heridas en los troncos o ramas por donde ingresan. Es en ese momento cuando enfermedades como el cáncer bacteriano, el cancro común, el plateado, el tizón de ramillas, entre otras enfermedades menores pueden causar estragos en el árbol, provocándoles, pérdida de producción e, incluso, la muerte.
El investigador Andrés France, sostuvo que sólo el cáncer bacteriano, la más importante de las enfermedades en cerezo, puede llegar a matar hasta el 7% de las plantas de no hacerse un manejo oportuno. “El cáncer bacteriano está presente en todos los huertos, es cuestión de tiempo para que alcance a todos los árboles. Puede llegar a matar un árbol si no se maneja de manera adecuada”.
Detalló que esta enfermedad se reconoce por la presencia de goma en la madera con un olor a fermentado, inflamación de la corteza, muerte de yemas y ramas, necrosis de tejidos, perforaciones en las hojas, y la muerte de la planta.
Otoño tiempo de prevención
“Es ahora, con la caída de las hojas, cuando también ingresa la enfermedad al árbol… es nuestra principal preocupación” expresó el fitopatólogo de INIA Quilamapu. En este aspecto, indicó que se debe proteger la abertura que deja la caída de la hoja con aplicaciones de productos a base de cobre, y que no sean más de cuatro veces por temporada.
Andrés France indicó que el daño de las enfermedades se verá recién en primavera o verano. Recalcó que es por las heridas que dejan la poda y otras prácticas, por donde ingresan no sólo el cáncer, sino otras enfermedades generadas tanto por bacterias como por hongos. Para que ello no ocurra, es importante que las podas se protejan con pastas selladoras, pinturas anti hongos o con pulverizaciones de fungicidas de contacto También resaltó el cuidado que se debe tener con las heridas provocadas por alambres que se amarran árbol o que lo rozan. “Éstos, al moverse con el viento, generan heridas en la madera que son propicias para el ingreso de enfermedades. Para ello, los alambres deben ir recubiertos”.
Eliminación de ramas contaminadas
El especialista en enfermedades vegetales de INIA, enfatizó que las ramas enfermas deben ser enterradas, compostadas, quemadas o sacadas del huerto y sus inmediaciones, para impedir el contagio al resto de los árboles. France, explicó que una rama enferma produce cientos de millones de esporas que pueden contaminar todo un huerto. En este sentido, destacó la importancia de realizar una poda sanitaria. “Con ella, deben eliminarse la mayor cantidad de ramas muertas del árbol, antes de que empiecen las lluvias. Es la mejor medida de prevención, mucho mejor que aplicar fungicidas”, aseveró.
La charla denominada “Manejo de enfermedades en cerezo para la época de otoño” congregó a más de 50 asistentes virtuales y se enmarcó en el desarrollo del proyecto “Reconocimiento, manejo y control de enfermedades de la madera en cerezo para la región de Ñuble” que ejecuta INIA Quilamapu, apoyado por FIA a través del Gobierno regional del Ñuble (FIC).
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