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Casi 10 mil personas conocieron el trabajo de investigadores latinoamericanos sobre el rescate de variedades patrimoniales

Santiago, septiembre de 2020.- Un equipo de investigadores de INIA fue el encargado de representar a Chile en las primeras Jornadas Latinoamericanas del Vino y Variedades Patrimoniales desarrolladas de manera virtual, entre el 25 de agosto y 22 de septiembre.

El evento internacional buscó informar sobre la diversidad de variedades criollas existentes en ciertos países del continente americano, además de valorizar su potencial y fortalecer una red latinoamericana de colaboración en recursos genéticos de vid.

Al respecto, el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, dijo que “el balance es positivo, no sólo por la cantidad de personas que se logró congregar, sino, porque, tras un mes de presentaciones, se pudo dar cuenta del alto nivel alcanzado por los profesionales chilenos, particularmente, en torno al aporte realizado a uno de los principales rubros del país que destaca a nivel mundial por su calidad y que además posee un patrimonio cultural invaluable”.

En tanto, para el Encargado Relaciones Internacionales de INIA, Emilio Ruz, este tipo de actividades permitió fortalecer los lazos con países hermanos, ya que la actividad reunió a representantes de Argentina, Perú, Bolivia, México y España. Asimismo, se enmarcan en el convenio de cooperación bilateral entre los Ministerios de Agricultura de Chile y Argentina, ampliado a otros países interesados en el tema.

Específicamente, en la última sesión realizada el 22 de septiembre se abordaron las visiones, experiencias y perspectivas comerciales de las variedades criollas.  Esta sesión se sumó a otras en las que se trató diversidad genética, historia de vitivinicultura, sanidad y respuestas a factores abióticos, diversificación enológica y experiencias comerciales, explicó la investigadora de INIA Raihuén, Irina Díaz, quien propuso esta actividad y fue parte del comité organizador.

En cuanto a las instituciones organizadoras, de Chile fue el Instituto de Investigaciones Agropecuarias – INIA); de Argentina el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA; Universidad Juan Agustín Maza; e institución Cambio Rural; de Perú la Universidad Nacional Agraria La Molina – UNALM: de Bolivia (Fundación FAUTAPO) y México (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias – INIFAP).

APORTE DE CHILE EN CADA SESIÓN

  • 25 de agosto / Diversidad Genética en Latinoamérica: Un patrimonio por descubrir y valorizar

Ver aquí https://www.youtube.com/watch?v=Ykv-R99vAsQ&feature=youtu.be

En este encuentro se trataron temas relacionados a la diversidad genética en vid a nivel global y más específicamente en Latinoamérica. Especialistas de España, Argentina, Bolivia, Chile y Perú presentaron los últimos avances en cuanto a la diversidad varietal encontrada en cada país, sus orígenes y la importancia estratégica de su conservación, caracterización y uso.

En el caso de Chile, el investigador de INIA La Platina, Patricio Hinrichsen, expositor de la primera sesión y también uno de los organizadores de la actividad, se refirió a las cepas criollas en viñedos patrimoniales de Chile. Su presentación se enfocó en la gran diversidad que se ha encontrado en los viñedos patrimoniales del país, describiendo las etapas que ha tenido el trabajo investigativo. Entre las acciones ejecutadas por el especialista y otros investigadores de INIA están: Explorar viñedos antiguos en busca de cepas patrimoniales, caracterizar estas cepas genéticamente y conocer su filiación, compara los resultados con la base de datos, determinar su distribución a lo largo del país y, conservar y caracterizar las accesiones obtenidas de acuerdo a estándares internacionales para su adecuada preservación y uso posterior.

Al respecto, el especialista concluyó que en viñedos patrimoniales a lo largo de Chile se han identificado una gran cantidad de genotipos no incluidos en las listas tradicionales de variedades de Chile: 50 variedades antiguas europeas y 46 no identificas o NN. “El gran desafío es avanzar en estudios de aspectos enológicos y vitícolas, así como en el rescate de tradiciones productivas y métodos ancestrales de vinificación, asociado racionalmente a mejoras tecnológicas”, indicó.

Mientras que el investigador de INIA La Platina, Nilo Mejía, se refirió a la caracterización genética de las principales variedades patrimoniales y criollas del Valle de Los Cintis, en Bolivia.  Un trabajo en conjunto que realizó con el vecino país. 

  • 1 de septiembre / Historia de la vitivinicultura en Latinoamérica

Ver aquí  https://www.youtube.com/watch?v=kbZdhHP4n4Q&feature=youtu.be

El investigador de INIA Quilamapu, especialista en Economía Agraria y Extensionista, Carlos Ruiz, presentó el tema una aproximación a la historia del vino en Chile.

El investigador chileno, quien preparó el tema en forma conjunta con los académicos Celerino Quezada, de la Universidad de Concepción, y Marco Aurelio Reyes, de la Universidad del Biobío, se refirió a la expansión de los viñedos y a las cepas introducidas en Chile durante el periodo colonial y hasta la actualidad, destacando entre ellas la Uva País, que llegó al inicio de la conquista, y la cepa Moscatel de Alejandría, que habría sido traída con posterioridad por los Jesuitas.

“En el siglo XIX Chile se dividió en dos regiones vitivinícolas, entre los ríos Maule por el norte y Biobío por el sur. En el sur predominó la producción de vino pipeño, mientras que entre los ríos Aconcagua por el norte y Maule por el Sur, se cultivaron más las cepas francesas. A partir de la segunda mitad del siglo XIX hubo una gran influencia francesa, aunque avanzado el siglo siguieron predominando las cepas tradicionales. Además, surgen las primeras normas legales en torno al vino”, señaló Carlos Ruiz.

  • 8 de septiembre / Sanidad del material vegetal y respuestas a factores abióticos o ambientales

Ver aquí https://www.youtube.com/watch?v=wN3jqaB9oJc

La tercera sesión fue moderada por los investigadores de INIA Quilamapu, Javier Chilian y Daina Grinbergs, y el investigador de INIA Intihuasi, Dr Andrés Zurita, fue quien abordó el uso de genotipos criollos como medida de adaptación frente a estreses ambientales.  Además, complementó Zurita, el trabajo presentado contó con la colaboración de investigadores de la Red de Vides Patrimoniales: Marisol Reyes, Irina Díaz y Nicolás Verdugo de INIA, y César Valenzuela de México.

La presentación de Andrés comenzó destacando algunos desafíos en común que tiene los países, como el riesgo hídrico extremadamente alto, no sólo por la cantidad sino por la calidad del recurso. Asimismo, mencionó la legislación que acompaña al uso del agua, ya sea consuntivo o no. “El 2030 esta situación podría ser aún más compleja, porque las zonas que están con estrés hídrico alto pasarían a ser zonas áridas o con muy baja disponibilidad de agua, es decir, muy lejanas a la agricultura que conocemos hoy”, indicó.

En esa línea, el especialista señaló que el cambio climático en las principales zonas productoras de vinos está generando conflictos en torno al uso del suelo y al ecosistema de agua dulce, lo cual demanda esfuerzos adicionales en cuanto al uso y la conservación que deben ser abordadas en conjunto con las sociedades.

Asimismo, agregó, el aumento de temperatura afectará a la producción vitícola. Esto conllevará a que se abran nuevas zonas productoras, por eso es importante encontrar variedades que se adapten a estas nuevas condiciones ambientales. Ese es el caso de las vides criollas que se han adaptado a crecer bajo estrés hídrico y térmico que impone el limitado régimen de humedad de temporada (secano) existente. En ese sentido dijo que “los portainjertos nos han permitido comprobar que existe un potencial muy importante en los genotipos patrimoniales o genotipos inéditos que existen en nuestras regiones en cuanto a la tolerancia al déficit hídrico y absorción de nutrientes “.

  • 15 de septiembre / Procesos y técnicas de elaboración a nivel enológico para agregar valor y diversificar productos a partir de variedades criollas

Ver aquí https://www.youtube.com/watch?v=-0s6x-LiKwg

La investigadora de INIA Raihuén y enóloga, Irina Díaz, presentó el tema Puesta en valor y diversificación de la vitivinicultura patrimonial que dio cuenta de un trabajo realizado en el país, para revalorización de variedades patrimoniales que principalmente están en manos de pequeños productores.

“Las vides patrimoniales en Chile se cultivan desde la llegada de los conquistadores. No tienen sistemas de conducción y se cultivan bajo técnicas ancestrales. Crecen sin riego, tienen menores rendimientos, en comparación a aquellas que lo hacen en el valle regado, con un alto potencial para elaboración de vinos de calidad. Asimismo, están asociadas a la historia patrimonial del vino en Chile, la cual se transmite de generación en generación”, explicó la investigadora.

En base a estos antecedentes, el equipo de viticultura de INIA se propuso estudiar el potencial productivo de estas cepas y apuntar a estrategias de valorización y diversificación.  En ese sentido, uno de los principales avances mencionados por la especialista fue la sofisticada línea de productos elaborada en base a cepa País, la cual “escapa del consumo masivo y baja calidad a la que se asociaba este cepaje” dijo Irina.

Ver sesión 22 de septiembre https://www.youtube.com/watch?v=mNrubyuNz4o

Acerca de INIA

 El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación, desarrollo e innovación agroalimentaria de Chile. Vinculada al Ministerio de Agricultura, cuenta con presencia nacional y un equipo de trabajo de más de 1.000 personas altamente calificadas. Ejecuta al año un promedio de 400 proyectos en torno a 5 áreas estratégicas: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Extensión y Formación de Capacidades. Estas iniciativas contribuyen al desarrollo agroalimentario sostenible del país, creando valor y proponiendo soluciones innovadoras a los agricultores, socios estratégicos y la sociedad, generando una rentabilidad social que varía entre 15% y 25%, por cada peso invertido en cada uno de sus proyectos.

INIA, más de 55 años liderando el desarrollo agroalimentario sostenible de Chile.

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