Parcelas Demostrativas Maravillaron a Productores Afectados por Incendios Forestales

Existoso Día de Campo en Ránquil, Región del Bío Bío

En once meses, la vida del productor Miguel Fuentealba de la comuna de Ránquil, cambió radicalmente. En su memoria aún vive el recuerdo del mega incendio forestal que a principios de enero arrasó con 25 mil hectáreas del secano interior de la Región del Bío Bío, precisamente donde se encuentra ubicado su predio. “Todo esto se quemó”, sostiene, recordando el paso del mayor incendio forestal de Chile en los últimos 25 años, con llamas que arrasaron todo a su paso, incluyendo los trigos que le permitían vivir.

A pesar del poco tiempo transcurrido, Miguel Fuentealba ve hoy la vida con inusitado optimismo sustentado en la gran diversidad de cultivos que crecen en su predio. Es verdad que se trata sólo de parcelas demostrativas, pero ellas son una muestra palpable de lo que puede llegar a tener en un futuro cercano. Frente a sus ojos ve crecer trigos, triticales, arvejas, arándanos, avena, lentejas y praderas, todos ellos establecidos gracias a un proyecto conjunto entre el INIA Quilamapu, la Universidad del Bío Bío, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y la Universidad de Almería (España).

Sin duda, la parcela demostrativa de arándanos acaparó mayoritariamente la atención de los productores. A cargo de esa unidad estuvo la investigadora Cecilia Céspedes.

Las cuatro entidades se organizaron para ir en ayuda de los productores damnificados por el mega incendio forestal de inicios de enero, dando vida a un proyecto destinado a entregar alternativas productivas mejoradas para el secano interior de la Región del Bío Bío.

Los resultados alcanzados por ese trabajo fueron mostrados por primera vez a los productores el miércoles 31 de octubre, en el Día de Campo “Alternativas Productivas Mejoradas para el Secano Interior” organizado precisamente en el predio de Miguel Fuentealba. En total, unos 80 productores, todos damnificados por el incendio, vieron el desarrollo alcanzado por los trabajos y el gran cambio en sólo once meses.

Sobre el trabajo realizado, el productor Miguel Fuentealba no dudó en calificarlo de “excelente”, indicando que lo que se mostró son verdaderas alternativas a las siembras tradicionales.

 

– ¿Qué parcela le llamó más la atención?

– Los arándanos. Me gustaría ampliar esta parcela demostrativa hasta alcanzar ojalá una hectárea. Y también conversar con los vecinos para que planten y hacer volumen”.

– ¿Y por qué se inclina por este cultivo?

– Es que para esta zona es impensado… son palabras mayores… no pensé que se podía. En verdad estoy sorprendido.

 – ¿Sólo arándanos?

– No. También me gustaron las variedades de trigo que se mostraron. En especial Kipa-INIA porque se nota que da buenos rendimientos… y también el triticale Aguacero-INIA. Sería bueno sembrar una o dos hectáreas.

Una pradera de tréboles fue el lugar escogido por productores para posar en los que ellos denominaron “la foto del antes y el después”.

En tanto, Julia Fawaz, directivo de la Universidad del Bío Bío, se mostró sorprendida por la adaptación de los ensayos, en especial de los arándanos y trigos. “Cuando uno conoce el secano y conoce la productividad que tiene esta tierra, se sorprende a lo que puede llegar, en especial después de haberse quemado todo”. Destacó asimismo el trabajo conjunto INIA y la Universidad del Bío Bío, que “puede tener grandes proyecciones”.

En tanto, el Director Regional de INIA Quilamapu, Rodrigo Avilés, valoró la masiva presencia y el interés de los productores, al tiempo que destacó el trabajo realizado en el predio y la relación surgida con los productores. “Nosotros no sólo incorporamos tecnologías, sino que también nos preocupamos del factor humano”. El directivo hizo un llamado a aprovechar el trabajo conjunto que realizan el INIA y la Universidad del Bío Bío para superar definitivamente el recuerdo de la tragedia de enero pasado.

Las parcelas demostrativas fueron presentadas en, su parte técnica, por los profesionales de INIA Cecilia Céspedes (berries), Álvaro Vega (trigo, triticale y avena), Juan Tay (arvejas,  lentejas y porotos), y Fernando Fernández (praderas). La coordinación general estuvo a cargo del Investigador de INIA Quilamapu, Carlos Ruiz.