Colorantes naturales: nuevos matices para la industria alimenticia
La tendencia global indica que el mercado de los colorantes naturales viene al alza con una tasa de crecimiento cercana al 8% para el período 2016-2022. Mientras que, en Europa, principal consumidor de colorantes naturales del mundo, se proyecta que la preferencia por este tipo de colorantes se mantendrá respecto a los colorantes sintéticos, en el Asia Pacífico crecerá significativamente. Esta tendencia global se explica en parte porque los consumidores, además de tener más acceso a la información, también les preocupa lo que consumen, mostrando una marcada preferencia por alimentos más sanos y naturales.
A estas alturas la mayoría tiene ciertas nociones sobre las asociaciones de los colorantes artificiales con problemas de salud, como alergias, irritabilidad y déficit atencional entre otros, por lo que la percepción pública de los colorantes sintéticos es cada vez más negativa y surge la necesidad reemplazarlos. Por otra parte, los colorantes naturales, además de ser inocuos contienen metabolitos que aportan beneficios a la salud. Por ejemplo, los colores desde el rojo intenso, al morado y azul provenientes de frutos o raíces, son antocianinas y flavonoides, las cuales son conocidas por su alta capacidad antioxidante. Los colores naturales del amarillo al naranjo y al rojo son del grupo de los carotenoides también conocidos por sus beneficios en la salud.
Es importante destacar que el crecimiento del mercado de los colorantes naturales no sólo se explica por la preferencia de los consumidores, sino también por el avance en las tecnologías de extracción del color desde materias primas naturales, lo cual ha permitido obtener colorantes naturales a menor costo y más estable a la luz, temperatura y pH.
Ante este escenario, Chile tiene ventajas comparativas para proyectarse como un productor de materias primas para la extracción de colorantes y también como productor de colorantes naturales. La capacidad empresarial de nuestro país, tanto del sector agrícola como de la industria, dan cierta garantía que podría enfrentarse con éxito. Asimismo, la diversidad climática permitirá cultivar especies con alto potencial, como por ejemplo zanahoria morada, papas de pulpa de color, y algunos frutales incluyendo la uva tintorera y frutales nativos, entre otros.
Para competir en el mercado mundial de los colorantes naturales, Chile necesita ofrecer materias primas competitivas en términos de rendimiento de color por hectárea, costos de producción y calidad del color. La oportunidad de desarrollar esta actividad pasa necesariamente por la capacidad que tengamos finalmente de ofrecer a los compradores seguridad, en términos de estabilidad y calidad de la oferta. Por otra parte, las empresas extractoras y comercializadoras, junto con asegurar un producto de calidad, estable e inocuo deben estar seguros de contar con la disponibilidad de la materia prima que requieren en términos de volumen y calidad a tiempo, con el fin de satisfacer y cumplir con sus clientes finales.
Las principales brechas que enfrentamos son las propias de una actividad incipiente pero prometedora en la agricultura: la vinculación de la cadena de valor, desde las empresas proveedoras de semillas o material de propagación, productores, empresas extractoras y comercializadoras es fundamental. La formación de capacidades y capacitación a los agricultores es esencial e importante, así como también es que la alimentación saludable se transforme no sólo en una tendencia, sino en un estilo de vida.
Columna de Opinión de María Teresa Pino, Ingeniero Agrónomo Ph.D, investigadora en colorantes naturales. Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Chile
* Créditos OPIA. Artículo original en https://www.opia.cl/601/w3-article-84458.html
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