Sebastián Molinett Soto, Doctor en Biotecnología “Haremos bionanotecnología aplicada al servicio de los alimentos del futuro”
Respuesta de las plantas a diferentes tipos de estrés (sequía, salinidad, etcétera), aspectos relacionados con la tolerancia a diferentes condiciones de constante estrés, morfología vegetal, estudios fisiológicos y morfológicos de las plantas, el mundo de la bioquímica, la biología molecular, nanotecnología, son parte de las investigaciones factibles de desarrollar través del laboratorio de biología molecular vegetal del INIA La Cruz.
Sebastián Molinett Soto, Doctor en Biotecnología es un profesional de las ciencias aplicadas que se desempeña en el INIA La Cruz, quien además de desarrollar investigación lidera junto a otros especialistas las investigaciones que se llevan a cabo en este Laboratorio de fisiología y biológica molecular vegetal del INIA La Cruz en la Región de Valparaíso.
Su motivación es contribuir al levantamiento de nuevas iniciativas de innovación basadas en ciencia, que involucren la vinculación con universidades, centros tecnológicos y empresa, capaces de obtener un verdadero impacto en la agregación de valor dentro del sector productivo nacional, de la mano con la ecosustentabilidad y que a su vez generen beneficios en su entorno social.
Ha participado en diversos proyectos de I&D+i y su expertiz se centra en las biociencias aplicadas como motor para la creación de innovación y generación de valor agregado al sector productivo.
Lea aquí la entrevista a este profesional que lleva tan solo tres meses en el INIA La Cruz con asiento en la Región de Valparaíso.
– Estamos insertos en una región que hace fruticultura de exportación, ¿Cuál será el aporte del laboratorio de Fisiología y Biología Molecular Vegetal?
“Nuestro aporte está relacionado con entregar herramientas a los agricultores mediante nuevo o mejorado material vegetales, que puedan ser aplicados (mejoramiento de portainjertos de tomate por ejemplo) para obtener productos con mejores parámetros en cuanto a calidad y mejor utilización de los recursos suelo, hídrico y condiciones climáticas imperantes.
Además, por el lado del recurso vegetal y de las tecnologías asociadas a éste podemos contribuir con el desarrollo de bionanotecnologías aplicadas en el proceso de producción y comercialización de frutales (mayores y menores), con el fin de generar productos de exportación de calidad y excelencia, que a su vez puedan llegar a destinos más lejanos y exigentes. La idea es que estas futuras innovaciones puedan complementar de buena manera las tecnologías ya disponibles para estos rubros”.
– ¿De esta investigación qué innovaciones podrían surgir?
“El INIA tiene definido sus áreas principales y dentro de esos tópicos podemos contribuir en la obtención de alimentos con valor agregado, pero también ayudar al proceso productivo. Mi motivación es aportar con innovación tecnológica, desarrollando productos nuevos. Concretamente mi aporte va en dos grandes temas: tecnología de alimentos utilizando herramientas de la biología sintética y la bionanotecnología para la producción vegetal”.
-Exactamente, ¿qué tipo de productos o mejoras concretas de procesos se pueden obtener?
“Parte de las líneas de trabajo de este laboratorio es el desarrollo de herramientas y tecnologías como biosensores basados en biología molecular, reguladores bioquímicos y bioestimulantes. Por ejemplo, podemos mejorar la vida útil de un producto vegetal (ya sea fresco o elaborado), para que pueda ser exportado a destinos de mayor distancia, desarrollar productos antioxidantes u otros ingredientes alimenticios, utilizando materia primas de origen natural, lo cual podría abrir otro nicho de desarrollo agroindustrial y que puedan ser una contribución a la región. Además, existe un gran potencial en la microbiota de nuestros suelos para el desarrollo de bioestimulantes, que se basan fundamentalmente en microorganismos que son reguladores de crecimiento que son simbiontes de la planta, que actúan a nivel de la raíz, que sabemos son muy importantes para la asimilación y aprovechamiento de nutrientes del suelo”.
-Cómo sería una planta 2.0?. Cómo se abordaría desde la ciencia?
“Una planta 2.0 desde la ciencia se abordaría con desarrollos tecnológicos mediante bionanosensores para trazabilidad, alerta temprana ante condiciones de estrés, detectar presencia de patógenos, entre otros. Desarrollo de soluciones para abordar el efecto de la salinidad en los suelos y sequía. Lo importante es que estos desarrollos le permitan a esta planta 2.0 otorgarle tolerancia a condiciones de estrés, que se han visto agudizadas por el avance del cambio climático, o cualquier otro estrés que esté causando un problema a nivel agrícola. La investigación puede ayudar a identificar este tipo de problemas y buscar una solución”.
-¿Quienes integran el Laboratorio de fisiología y biológica molecular vegetal?
“Somos un grupo de especialistas conformado por los doctores Juan Pablo Martínez y Jaime Martínez con quienes vamos a abordar fenómenos de interacción del vegetal con su entorno desde un paradigma más aplicado. Para ello estudiaremos aspectos desde la entomología, la fisiología y la biología molecular”.
– Dado que en nuestra región hemos vivido un prolongado período de sequía, ¿Qué aporte puede hacer desde este laboratorio para optimizar el uso de los recursos hídricos por ejemplo?
“Una de las formas de combatir la escasez hídrica es a través de la introducción de germoplasma vegetal seleccionado desde ambientes sometidos a sequía, y que sean tolerantes a esta condición.
En definitiva, queremos aportar con el desarrollo de investigación que apunte identificar nuevos ecotipos de plantas tolerantes ya sea a sequía o cualquier otro tipo de condición de estrés para usar sus genotipos en la obtención de nuevas variedades”.
-¿Estás áreas de investigación pueden ser apoyadas por las tecnologías de la información?
“Por supuesto. La bioinformática y en general las ciencias de la información aplicada al campo biológico son herramientas que nos puede ayudar mucho, ya que permite analizar los datos con una perspectiva más cuantitativa, de forma mucho más masiva y precisa”.
-¿Cómo vislumbras los futuros desarrollos aplicados a resolver los problemas emergentes del sector agrícola?
“Hoy existe tenemos a disposición herramientas como la edición génica, biología sintética, que pueden ayudar a la planta ofreciendo barreras de defensa más eficientes frente a cualquier condición del entorno que afecte a los cultivos”.
Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país. Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl
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