Productores Conocieron Variedades y Cultivos para el Centro Sur de Chile

Tras cuatro años, INIA Quilamapu restableció Día de Campo en el Centro Experimental Humán de Los Ángeles, como respuesta a las necesidades de transferencia existentes para los productores del sur de la Región del Bío Bío.

Con información de primera mano se fueron los agricultores que llegaron el miércoles 14 de noviembre al Día de Campo «Tecnologías productivas para el valle regado de la zona Centro Sur», que organizó el INIA Quilamapu en el Centro Experimental Humán en las cercanías de Los Ángeles, provincia de Bío Bío.

El énfasis de la jornada estuvo en la presencia de estaciones técnicas, ya que la intención es que “los agricultores vean in situ vean, por ejemplo, las distintas variedades de trigo que les ofrece INIA y sus características, que pueden tener una espiga distinta, resistencia a algunas enfermedades, o los diferentes rendimientos que ellas tienen por hectárea”, comentó el director regional de INIA Quilamapu, Rodrigo Avilés. Éste recalcó que de esa forma se fomenta el acercamiento de la tecnología y conocimiento existente en la institución a los agricultores de la Región.

El recorrido por las estaciones técnicas se enfocó con un acercamiento teórico a los temas, para luego hacer un recorrido por los diferentes cultivos, como una forma de tener mejor recepción de los agricultores.

Las nuevas variedades de trigos Kipa-INIA y Millán-INIA, además de avenas y triticales, capturaron la atención de productores.

En el caso del trigo, los participantes pudieron conocer las nuevas variedades Kipa-INIA y Millán-INIA, los ensayos sobre dosis de semilla, y el trabajo que se realiza para el control sanitario de enfermedades como la roya estriada. También se pudo apreciar las parcelas estándar que se mantienen en la Centro Experimental Humán, y que se replican en todo Chile, a fin de analizar el comportamiento de las distintas variedades en las diferentes zonas agrícolas. En tal sentido, “INIA se preocupa de entregar a cada agricultor la variedad de trigo que mejor se adapta a sus necesidades”, comentó Ricardo Madariaga, quien tuvo a su cargo la estación técnica destinada a trigo.

Praderas Suplementarias

En el caso de las praderas, los investigadores Lorena Ibáñez y Fernando Fernández, entregaron información sobre praderas suplementarias para hacer frente a las necesidades del ganado de carne y leche en las épocas en que la cantidad y calidad de las praderas se hacen insuficientes.

En estas estaciones se analizaron los beneficios de la col forrajera y del nabo forrajero, que representan alternativas al pastoreo invernal y de verano, respectivamente, con una buena entrega de proteínas. En tanto, el raps forrajero, al ser tolerante al déficit hídrico, resulta útil tanto para uso en veranos secos, como suplemento invernal, dependiendo de la época de siembra.

En el caso de las leguminosas forrajeras, se mostró su gran potencial de alimentación para el ganado bovino y ovino debido a su alto contenido proteico, así como las diferentes posibilidades de asociación para mejorar su contenido proteico al plantarse asociada a avena o triticale, dependiendo de las condiciones del suelo.

Las praderas de riego para pastoreo a base de ballicas perennes y trébol blanco, fueron recomendadas por el investigador Luis Inostroza.

Las praderas forrajeras de riego también estuvieron presentes en las estaciones técnicas. En esa estación, el investigador Luis Inostroza mostró a los asistentes las distintas variedades de ballicas y la forma de elegir las variedades más convenientes, dependiendo de su uso y suelos. “La pradera es el alimento más económico para la alimentación de ganado y la más sustentable, pero requiere de un manejo adecuado”, comentó, por lo que se hizo hincapié en temas como tener claros los propósitos de pastoreo, el ambiente en que se va a plantar y los sistemas productivos, así como la eficiencia de los propios productores antes de elegir las variedades de pradera que se van a sembrar para obtener el mejor rendimiento.

Durante la jornada, los participantes también pudieron conocer el trabajo del Centro Tecnológico de Control Biológico (CTCB) de INIA Quilamapu que, mediante un stand, mostró el trabajo que se realiza con hongos entomopatógenos para controlar plagas y enfermedades agrícolas y forestales, como una alternativa al control químico y ambientalmente amigable, así como el recientemente creado Laboratorio de Sanidad y Calidad Apícola de INIA Quilamapu.

“Los bajos requerimientos de mano de obra para cultivo y cosecha, transforman al avellano europeo en una verdadera alternativa para la Región del Bío Bío”, sostuvo el investigador Pablo Grau.

El avellano Europeo como Alternativa Productiva Regional

En el marco del conocimiento de nuevos cultivos y alternativas productivas para la Región, el investigador Pablo Grau mostró el trabajo que se realiza con avellano europeo, especie introducida hace más de 150 años, pero que sólo comenzó a ser un cultivo productivo a mediados de los años 90. Entre sus ventajas, se encuentra la baja demanda de mano de obra para su cultivo y cosecha, un reducido capital de inversión y manejo, y el bajo riesgo de daño climático, principalmente heladas, a lo que se suma el alto potencial de producción gracias a las ventajosos condiciones climáticas que presenta la zona centro sur y sur del país, y en especial la Región del Bío Bío.

El avellano europeo tiene gran demanda en la industria de la chocolatería, especialmente en los mercados norteamericano y europeo.