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Entrega de semillas de alfalfas para complementar el sistema pastoril

Proyecto INIA entrega semillas de la variedad australiana alfalfa Sardi Ten a pequeños productores y realiza seguimiento del paquete agronómico. Fueron alrededor de 200 kilos que fueron establecidos en pequeñas superficies para evaluar su comportamiento, rendimiento e impacto en las zonas establecidas.

Región de Valparaíso, 19 junio 2020- Como parte de las actividades de extensión del proyecto “Uso de cultivos naturales o ancestrales para el desarrollo de cultivares de alfalfas tolerantes al estrés hídrico y su extensión a agricultores de subsistencia en Kazakhstan, China y Chile, para promover la alfalfa en Chile en beneficio de los pequeños agricultores” apoyado por Global Crop Diversity Trust,

INIA hizo entrega de alrededor de 200 kilos de la variedad de alfalfa Sardi Ten a equipos técnicos Prodesales y a agricultores tanto de la Región del Maule, Ñuble como del Biobío.

Los profesionales de los programas Indap fueron los encargados de hacer llegar estas semillas de alfalfa de la variedad australiana Sardi Ten, de crecimiento invernal, a los productores pequeños y medianos para que las establezcan en sus predios ubicados en diferentes sectores de Cauquenes, Constitución, San  Javier, Talca y otras localidades de las regiones del Ñuble y del Biobío.

Este es el tercer año que se entregan semillas de alfalfa a los agricultores para establecer siembras demostrativas. Durante la temporada pasada se entregó la variedad Sardi Grazer, tolerante al estrés hídrico y al pisoteo animal en condiciones de pastoreo, y actualmente, se entregaron 200 kilos de esta variedad sin dormancia.

La Ingeniero Agrónomo Viviana Barahona del Centro Experimental INIA Cauquenes, a cargo de las labores de extensión del proyecto, nos relata que durante este otoño ha realizado un trabajo de acompañamiento al agricultor para que el establecimiento de la forrajera sea exitoso. “Hemos recorrido algunos predios ubicados en los sectores de Chanco, San Javier y Cauquenes, donde principalmente nuestra labor ha sido de acompañamiento al productor para resolver las inquietudes que éste pueda presentar durante el proceso de siembra y ajustar algunos conocimientos”. El rol, precisó la profesional de terreno, “es observar y apoyar las condiciones de preparación de suelos y manejo de la siembra porque lo clave en la alfalfa es el establecimiento. Si se manejan bien las condiciones del establecimiento, se asegura una pradera que va a  aportar una gran cantidad de forraje de calidad en períodos de escasez”.

Todo esto, según la profesional de INIA, en el marco de un sistema pastoril donde se propicia el uso sostenible de los recursos forrajeros, tanto praderas como arbustivos adaptados a las condiciones del secano, que puedan estar enmarcados en el uso de instrumentos del Estado a los cuales dichos agricultores pueden acceder, como por ejemplo el Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Degradados, SIRSD-S.

Durante los meses de mayo y junio 2020, se hizo entrega de 5 kilos por agricultor, lo que permitió a cada uno establecer  aproximadamente un cuarto de hectárea (0,5 ha) de la variedad de alfalfa Sardi Ten.

El Dr. Carlos Ovalle Molina, director de este proyecto precisó que, “tanto Sardi Grazer como Sardi Ten son variedades desarrolladas por SARDI (South Australian Research and Development Institute) en la localidad de Adelaide, Australia, en condiciones climáticas bastante parecidas a Cauquenes con la diferencia que en esos lares, existe una pluviometría mejor distribuida”.

Dentro de la alfalfa, explica Viviana Barahona, “hemos buscado una variedad que se adapte mejor a las condiciones de secano, que soporten el pisoteo, que crezcan en invierno y que se adapten a la escasez hídrica”.  Agregó: “vamos a continuar realizando este seguimiento aunque sea a distancia para afinar el manejo de este recurso forrajero: preparación de suelos, fertilización, control de malezas, es decir, todo lo que implique una buena producción de alfalfa”.

La mayor característica de la variedad Sardi Ten es que tiene un crecimiento invernal, el que no se detiene durante la estación de bajas temperaturas, pues no tiene dormancia. “En la precordillera de Chillán los agricultores no han parado de usar la alfalfa en invierno, primavera y verano. La primera utilización de este recurso es en agosto. Luego en primavera viene una utilización intensiva y después decae por la falta de agua. Pero, si tiene riego la alfalfa, ésta sigue produciendo, no decrece”.

Junto a los equipos técnicos, afirma la extensionista, hemos realizado un trabajo de transferencia de conocimientos respecto al efecto mejorador que tiene  la alfalfa del sistema pastoril, porque “no sólo es un recurso alimenticio, sino que mejora la condición del suelo, mejorando la infiltración y la retención de humedad de éste”.

Viviana Barahona fue enfática en precisar que este recurso forrajero es parte de un sistema. “Existe un sistema ganadero pastoril basado en el consumo de praderas donde nosotros como INIA proponemos que el ganado consuma praderas naturales ojalá mejoradas. Pero, además, le proponemos al productor que establezca recursos forrajeros adaptados a las condiciones de secano de tal manera que cuenten con un recurso suplementario  para reforzar la alimentación del ganado en los momentos críticos”.

Acerca de INIA

El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país. Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario. www.inia.cl

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